Piensa en cómo aprendiste a conducir. ¿Recuerdas esos primeros días en los que te enfocabas intencionalmente en cada movimiento mientras hacías que el auto se sacudiera en un parqueadero desocupado? Hoy en día puedes maniobrar entre el tráfico mientras hablas con otras personas dentro del auto e inclusive frenar en un instante si es necesario – todo sin pensarlo dos veces. Tu cuerpo ha memorizado cómo conducir.
Aprender a usar tu cuerpo para lograr metas, antes de que puedas hacerlo de manera automática, se basa en la planeación motora. Es un proceso complejo que requiere de enfoque. La niñez es el momento estelar para la planeación motora puesto que tu pequeño aprende y memoriza formas para usar su cuerpo de manera segura, eficiente, y efectiva para llevar a cabo labores.
Las tres etapas de la planeación motora
La planeación motora implica tres etapas. Vamos a darle una mirada a cada una de éstas a través de la óptica de tu niño aprendiendo a saltar desde un escalón. Si bien, este ejemplo implica habilidades de motricidad gruesa, tu pequeño usa la planeación motora para todos los movimientos — desde usar una cremallera, a alimentarse por sí mismo, hasta ubicar la lengua en el lugar indicado para producir sonidos al hablar.
- Ideación—. Primero, tu pequeño se para sobre el escalón y tiene la idea de saltar abajo.
- Planeación—. Usando la conciencia corporal y la conciencia espacial, planea cómo ejecutar el salto. Primero, necesita estabilizar su cuerpo, después doblar las rodillas, después empujar, después doblar las rodillas y estabilizar su cuerpo una vez más para poder aterrizar. Y, necesita hacer estas cosas en el orden correcto en el momento adecuado.
- Ejecución—Tu pequeño coordina los movimientos planeados para lograr su meta. Al principio es posible que no logre la secuencia o momento adecuado. Puede que se tropiece o se caiga. Al igual que cualquiera que está aprendido una nueva habilidad, prestará atención a estas “fallas” y ajustará sus movimientos hasta que logre lo que se ha propuesto de manera exitosa.
Cuando la planeación motora es exitosa, no solo saltar se vuelve automático, sino que también puede generalizar las habilidades para saltar a situaciones similares. Cuando se enfrenta a un escalón alto o a una superficie de aterrizaje diferente, ajustará sus movimientos para adaptarse a las nuevas condiciones y luego poder saltar con facilidad. Volviendo al ejemplo de conducir, generalizamos nuestras habilidades para conducir cuando conducimos un vehículo que no nos es familiar. Ajustamos nuestros movimientos (el freno necesita menos presión de la que estamos acostumbrados, la palanca de cambios tiene un diseño diferente, etc.) y luego podemos volver a conducir sin pensar en lo que nuestro cuerpo está haciendo.
Los retos de la planeación motora
Algunos niños tienen problemas al planear y/o ejecutar movimientos. Esto podría ser debido a una falla en la planeación motora, que puede hacer de labores diarias (cómo jugar con sus juguetes, jugar en el parque infantil, vestirse, comer, dibujar o aprender nuevas rutinas) algo difícil.
Estas pueden ser algunas señales de alerta para los retos de planeación motora:
- Dificultades aprendiendo nuevas habilidades
- Quedarse atrás en logros
- Dificultades para imitar movimientos
- Torpeza constante
Si te preocupa la planeación motora de tu pequeño, tu pediatra o fisioterapeuta pediátrico u ocupacional, puede ofrecerte orientación.
Cómo apoyar la planeación motora
Bríndale a tu pequeño muchas oportunidades para que use su cuerpo. Algunas de las planeaciones motoras suceden naturalmente a medida que el pequeño explora su entorno y juega, pero también es posible que dependa de ti para que le ayudes a aprender habilidades. Por ejemplo, es posible que tengas que mostrarle cómo tomar de un vaso o recordarle los pasos que requiere una habilidad de múltiples pasos como vestirse. ¡Nuestro programa BabySparks es un buen recurso para actividades que apoyan este aprendizaje!